¿Cuál es el paisaje sonoro de una pieza de música electroacústica? La respuesta a esta pregunta no es fácil y depende de cada pieza en particular. La mayoría de la gente acostumbrada a escuchar conciertos de música tradicional en vivo se desorienta al escuchar un concierto de música electroacústica presentado mediante altoparlantes. Esta desorientación se debe a la incapacidad de definir una fuente sonora imaginable, un paisaje sonoro, para los sonidos percibidos.
Smalley menciona que el extenso rango de fuentes sonoras que han sido incorporado a la música electroacústica ha provocado una revolución en el contenido sonoro, ante lo cual se observa una variada gama de respuestas auditivas [34]. Wishart propone que nuestra percepción de un paisaje sonoro puede ser descompuesta en tres partes: naturaleza del espacio acústico percibido, la disposición de los objetos sonoros en tal espacio y la identificación de objetos sonoros individuales [47].